En octubre de 2016, todas las Partes en el Protocolo de Montreal adoptaron la Enmienda Kigali. La Enmienda Kigali pone la producción y el consumo futuros de hidrofluorocarbonos (HFC) bajo el control del Protocolo y hará una importante contribución a la lucha contra el cambio climático. El control de la producción y el consumo de HFC se sumará a los beneficios para el clima ya logrados por el Protocolo de Montreal a través de la eliminación gradual de las sustancias que agotan la capa de ozono (SAO), incluidos los CFC y los HCFC.
Los productos químicos de fluorocarbono, incluidos los HFC, incluyen muchos de los gases de efecto invernadero más potentes. La liberación de 1 kg de ciertos fluorocarbonos es típicamente entre 1 000 y 10 000 veces peor que la liberación de 1 kg de CO2, en términos de impacto en el calentamiento global. Se ha demostrado que el uso de alternativas a los HFC en mercados clave para usuarios finales, como la refrigeración y el aire acondicionado, es una de las formas más económicas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Bajo la Enmienda Kigali, el uso global de HFC se reducirá en alrededor del 85% antes de 2050. Esta reducción en el consumo global de HFC podría ahorrar hasta 0.5 grados centígrados de calentamiento global.